El pasado mes de junio dos modelos se suicidaban por la misma causa. El modelo Tom Nicon se tiró desde la ventana de su hotel en el marco de la Semana de la Moda de Milán y semanas antes, Ambrose Olsen, se ahorcaba en su domicilio de Nueva York. En ambos casos se ha especulado sobre un posible caso de ‘manorexia’: palabra surgida de la unión entre hombre (‘man’ en inglés) y anorexia. Ahora, además de que los hombres han entrado con fuerza en el circuito de la moda y de la estética, también lo han hecho con fuerza en los trastornos alimenticios. Ha dejado de ser un trastorno ‘de género’ para cebarse con ambos sexos.
El caso más claro fue el del modelo Jeremy Gillitzer, quefalleció de ‘manorexia’ en junio a los 38 años y con tan sólo 29 kilos de peso. Formaba parte de los ‘top models’ fibrosos preferidos en los 90. Sin embargo, los músculos comenzaron a ser mal vistos en la pasarela, donde prima ahora la delgadez. Su situación se agravó a raíz de una ruptura sentimental. Y aunque ya sufría trastornos alimentarios desde los 12 años, este desengaño amoroso fue el principio del fin: comenzó a someterse a rigurosas rutinas de ejercicio que complementaba alimentándose únicamente con una manzana o un sándwich al día.

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