Siento ese vacío enorme en mí, y no sé qué demonios ocurre conmigo. Una gran confusión se apodera de mí, y siento por momentos que pierdo la consciencia. No tengo el control de mis brazos, es como estar totalmente sin fuerzas, agotado. Una sensación de rabia me inunda y decido luchar por sobrevivir. En esta tierra de conflictos y desastres provocados por los hombres de arriba. Veo un enemigo apuntándome con un fusil, solo es un niño, echo cuerpo a tierra y me dispara. No tiene las suficientes fuerzas en sus brazos para aguantar el retroceso de los disparos que realiza. Nunca hará blanco. Yo le apunto, lo tengo a tiro. Solo es un niño. Me apunta, decido levantarme y refugiarme tras un muro. Un muro que ha visto caer cientos de vidas, ha visto a hombres hechos y derechos llorar como niños asustados en la oscuridad. Y yo estoy perdiéndome en mis pensamientos. Quiero volver a casa. No quiero volver a matar. Mi sargento me grita, yo no le oigo, no quiero oírle, no quiero estar aquí.
Estoy seguro que muchos soldados habrán pasado algo parecido, pero estoy casi seguro que por desgracia siempre habrá guerras en el mundo, guerras tan inútiles como siempre, ojalá y me equivoque.
Fernando Palomino Fernández.
es un relato con mucho sentimiento, en el que nos adentras a una historia real y de mucho dolor, que por desgracia sigue existiendo, y existira hasta que el hombre decida otra cosa, te felicito por tu escritura y te animo a que no dejes de escribir. un besazo vida
ResponderEliminarQué triste realidad. Me gusta tu blog :)
ResponderEliminarTe sigo.
Jope Nando que relato, es muy bueno. De los mejores que he leido tuyos no dejes de escribir que cada dia lo haces mejor.
ResponderEliminarVoy a ponerme yo a escribir uno, me has animado con tu relato.
gracias mi mundo irreal por seguirnos, visitare tu blog tambien, y miwelin gracias por tu comentario es muy agradable, seguiremos escribiendo, a ver si me biene la inspiracion mas a menudo jejeje saludos!
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