Una mañana de 1960, Yves Klein pensó en crear la mayor obra de arte jamás lograda. Se sentía enérgico y voluptuoso porque había descubierto por fin cómo atrapar en un solo instante todo lo existente e inexistente. Un propósito que se había convertido en su principal obsesión vital, estética y espiritual desde hacía bastante tiempo.
Así entonces, subió a la planta superior de su residencia, se encaramó a la ventana y sin pensárselo dos veces, saltó. Su compañero, desde la calle tuvo el suficiente tiempo para retratar ese instante con su cámara fotográfica.
“Salto al vacío”, de 1960 es considerada una obra emblemática, símbolo de la estética del siglo XX. Todo un emblema de la vanguardia artística, y de una actitud frente a la vida. El ir más allá, atrapar el vacío o entregarse a él.
Yves Klein acabó con el cuerpo magullado. Se fue a casa y se echó a dormir.
“El artista sólo tiene que crear una obra maestra: con él mismo, constantemente”.
Un auténtico genio. Yves Klein.
Fuente: tontos.com
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