
El automóvil se quedó cogiendo polvo en el aparcamiento hasta que una de sus empleadas, Charlene Lewis, llegó a la conclusión de que nadie iba a retirarlo, así que avisó a la policía, que a su vez alertó a la familia del olvidadizo conductor.
No sólo eso, sino que el coche estaba a pocos metros del hogar de los Sanctuary, como reconoce Nigel, el hijo de Gerald.
El Honda estaba cerrado e impoluto, a excepción de la roña acumulada, e incluso tenía una tarjeta de crédito en el salpicadero. La hermana de Nigel, relata The Sun, arrancó el coche con una batería auxiliar y condujo el vehículo hasta su hogar. Gerald, confinado en una residencia de ancianos, fue informado del feliz hallazgo.
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