sábado, 9 de abril de 2011

Infección de oído

¡Esto es verdad! Siempre te preguntan cuando llegas a la consulta del médico la razón de tu visita, y tienes que contestar delante de otros sobre el mal o enfermedad que padeces y a veces, es muy embarazoso.

No hay nada peor que una recepcionista que insiste en que la digas qué te pasa en una sala de espera de una consulta llena de otros pacientes desconocidos.

Sé que la mayoría de nosotros ha experimentado este problema y me encanta cómo lo encaró este señor mayor.

Un hombre de 65 años entró en una consulta llena de gente y se acercó a la mesa de la recepcionista.

La Recepcionista dijo: “Buenos días, señor, ¿por qué quiere ver al Doctor hoy?”

“Algo está mal con mi polla”, contestó él.

La Recepcionista se irritó y dijo: “Usted no debería entrar en una sala de espera llena de gente y decir cosas como esas.”

“¿Por qué no? Usted me preguntó qué me pasaba y se lo dije”, replicó el.

La Recepcionista dijo entonces: “Usted ha comprometido a todos de esta sala de espera en una situación embarazosa ahora. Usted debería haber dicho que algo le pasa a su oído o algo y discutir del problema con el Doctor más tarde en privado.”

El hombre replicó: “Usted no debería hacer a la gente preguntas en una habitación llena de extraños, si la respuesta puede molestar a los demás.” El hombre salió, esperó varios minutos y entonces volvió a entrar.

La Recepcionista se sonrió socarronamente y preguntó: “¿¿Sí??”

“Algo está mal con mi oído, “afirmó él.

La Recepcionista asintió aprobatoriamente y se sonrió, reconociendo que el señor había seguido su consejo de forma correcta… “Y… ¿qué le sucede a su oído, señor?”

“Que no me puedo mear”, replicó él.

Las risas de la sala de espera fueron de época…

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