Una noche loca

Me despierto y siento ese dolor de cabeza que me recuerda lo que es una buena resaca. Me levanto y salgo de casa. Voy al banco y al ver el extracto y me quedo petrificado. Factura del móvil, de la luz, 90€ en efectivo, y 250€ en “la casa del amor”…

No tenía palabras. Yo que siempre me había mostrado rehúso a ir a esos locales donde los hombres buscan sexo a cambio de dinero, vamos lo que se conoce como ir de putas, yo que siempre decía que a mí no me hacía falta ir a burdeles, y cuál es mi sorpresa cuando veo en mi cartilla bancaria “la casa del amor “.   Y lo peor de todo es que ni me acordaba. -¿tanto bebí anoche que ni recuerdo cómo acabé?

Entonces llamé a mi amigo que acompañó en el desmadre. Pero cuando me dijo que me dejó sobre las 2.00 AM en la disco me hundí del todo. ¿Tan bajo caí que cuando llegué a casa cogí mi coche y me fui a la “casa del amor”?. No quería que nadie supiera lo que había hecho, pero entonces pensé,- Y si alguien que me conozca me vio, solo, borracho, rodeado de mujeres golfas, desatado y sinvergüenza alguna… Parecía que algo dentro de mí ardía de odio hacia mí mismo.

Al poco rato camino de la iglesia pasé por un taller mecánico, y justo encima de la puerta vi un cartel enorme en el que ponía: “LA CASA DEL AMORTIGUADOR”,   aparte del alivio que sentí al recordar que le cambié la suspensión al coche, también pensé en el banco, que podían terminar de escribir los datos en los extractos…