El club de Rostock, de la segunda división
del fútbol alemán, sancionado a jugar el domingo a puerta cerrada ante el
Dynamo Dresde, a causa de actos de violencia registrados en un partido en
noviembre, espera vender todas las entradas para este duelo.
Ocho policías y
dos aficionados resultaron heridos, y 30 personas fueron detenidas el 19 de
noviembre, a causa de la violencia desatada tras la derrota por 3-1 del Rostock
como anfitrión del Sankt Pauli.
Sancionado por la
federación, las 29.000 plazas del estadio estarán vacías, pero por solidaridad
con su club, los hinchas están comprando entradas que no podrán utilizar.
Hasta ahora se han
vendido unas 2.000 a casi 20 euros cada una, pero los directivos esperan que de
aquí al domingo se vendan muchas más para paliar el importante lucro cesante a
causa de esta situación.
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