jueves, 21 de junio de 2012

Entre la niebla del local


Apenas  veía entre la niebla del local, una niebla espesa ocasionada por el tabaco y el humo que salía del escenario en cada actuación del espectáculo. No vi a nadie que conociese.

Fui deambulando, despacio, por los rincones del antro en el que me encontraba, hasta que topé con la puerta del servicio de caballeros. Entré, me cercioré de que nadie me viese,  y entonces hice algo que llevaba bastante tiempo deseando hacer, oriné durante varios minutos, que desahogo me quedó.

Luego volví a salir a la sala del local, anduve unos instantes divisando al personal que había aquella noche.la barra estaba llena de personajes a cual más raro. Seguía sin ver a nadie conocido. Muchas personas entre esa oscuridad, ocasionada por la mencionada niebla, y la poca iluminación de aquel bar. Era difícil, pero yo sabía que no era imposible. Así que no cesé en mi empeño de buscarla, deseaba encontrarla de nuevo.
La última vez, abusé tanto de la confianza que acabé perdiendo la consciencia, fue todo tan rápido que no me di ni cuenta de cómo llegué a ese estado tan bochornoso, y al final todo quedó en otra noche para olvidar.

Entonces, esta vez no quería desperdiciar la ocasión. Y mientras buscaba por  el  local, vi al camarero, que estaba en su lugar de siempre,  tras su barra de mármol negro. Me hizo un gesto inconfundible, yo asentí con la cabeza y allí estaba ella, tan bonita y fresca como siempre, con sus hermosas curvas inconfundibles,  ese rubio tan característico que la hace única .Me acerqué, la cogí, noté su temperatura ideal y entonces bebí hasta terminarla de un trago, fue la mejor cerveza de mi vida.

Fernando.

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