
Responsables de los centros públicos juveniles adscritos a la Generalitat recibieron el pasado martes 6 de julio, poco antes de las seis de la tarde, una comunicación interna en la que se daba respuesta a las numerosas peticiones que habían llegado por parte de los chavales y los padres para que se les permitiera seguir el histórico partido que debía celebrarse el siguiente domingo. Sólo algunos espabilados de los 3.800 jóvenes de entre 10 y 16 años alojados en los albergues pudieron ver el partido a escondidas a través de Internet a riesgo de ser castigados.
En el comunicado al que ha tenido acceso este diario, Josep Maria Serrano i Cuestas, director del área de programas Xanascat y de la Direcció de Serveis de la Agència Catalana de la Joventut, admite haber recibido las peticiones de los padres y tutores, pero añade que elementos como la televisión "son elementos distorsionadores del funcionamiento normal de la estancia" por lo que consecuentemente "no se contempla su uso durante la estancia".
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